Leves hendiendo la región vacía,
Para extinguir la animación del día,
Derraman sus beleños.
Es la hora de quietud.... gime la fuente
Y gime la paloma en la enramada
Con dulce murmurar, con voz doliente;
Se ve al pastor con paso indiferente
Guiar por el sendero su manada.
Yo te amo, ¡oh tarde! yo amo tu armonía,
Hora de paz, me gozo en tu hermosura;
Tu fresca brisa al respirar tan pura.
Me trae la melodía
De las canoras aves, tarde amena,
al escuchar en la pradera verde
El canto de la parda filomena,
Mi mente en el delirio se enagena
Y la memoria del dolor se pierde.
Del arroyo que pasa murmurante
Al discurrir la onda cristalina,
La tierna grama de su borde inclina,
Y piérdese al instante....
¿Y á donde vá cruzando presurosa
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Poesías de Cuellar.