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XI
INTRODUCCIÓN

en la flor única de un cementerio,
en el arranque de un puente hundido,
en el fragmento de una inscripcion;
en algo móvil que no haga ruido,
en algo oculto que dé un sonido,
en algo há mucho puesto en olvido,
fundo una historia, sondo un misterio
de que dar cuenta ó explicacion.
Con una brisa que el aire plega
de una neblina que el aura azula,
hago un relato que se desplega
de todo un libro por la extension,
como un arroyo que de una vega
por entre el césped corriendo juega,
y ya se avanza, ya se recula,
ya sobre él pasa, ya no le llega,
ya se derrama, ya se acumula,
ya se desborda y el llano anega,
ya en un remanso creciendo ondula,
ya sobre el musgo de un coto salta,
ya de menudas gotas le esmalta
y huye brincando por la pradera,
desparramando su agua parlera
por la vertiente de la ladera
hasta que, escaso de agua y de son,
de su postrera lágrima rota
la última gota se hunde y agota
de arena seca por la absorcion.
Así de un fútil recuerdo vago,
de la más nimia suposicion,
campo y escena de cuentos hago
do mis delirios pongo en accion.

Yo soy como la hormiga:
do rpiier recoge
el granillo y la espiga
para su troje: