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ISTMO DE SUEZ.

EL GEMZARO SURUR ELIAS.

En una de sus notables cartas dice el ilustrado señor Castro y Serrano, tantas veces citado por nosotros:

« El virey musulman ha hecho una ostentosa gala, ya lo he dicho antes de ahora, del modo como se practica la hospitalidad en los pueblos orientales. Sus órdenes para el agasajo son tan latas, que los servidores de las fondas y lugares de recreo no preguntan nunca si el estranjero os invitado del khedive ó forma parle de alguna comisión internacional: en vano se pide la cuenta después de hecho un gasto, por crecido que sea; como uno no lleve turbante, todo está pagado.

Si esto sucede con los indiferentes como yo, ¿qué será con los que aquí representan un derecho cualquiera?—En cuanto llegan estranjeros convidados al Cairo, y lo mismo sucede en Alejandría, salen á recibirlos los cónsules de su pais, que ya por serlo gozan de privilegios inapreciables. Uno, por ejemplo, de los más útiles á la llegada, es que puedan llevar en el pescante del coche un genízaro con largo bastón, terminando en porra de plata y sable corvo á la cintura. Estos lacayos se meten en todas partes y van indicando con su presencia que no hay puerta cerrada para el señor á quien pertenecen. Si hay multitud de gentes, la apartan ó la atropellan: si es una estación de ferrocarril, se agarran á la portezuela de un carruaje y causan mucho mayor respeto á los viajeros que la tablilla «reservado:! si alguien se atreve á estorbar el paso á su señor, con la porra de plata se las componen. Usan aquí genízaros, á más de los cónsules, los obispos católicos y griegos, y algún otro personaje indígena de mucha importancia.

Ahora, sin embargo, todos llevamos genizaros, pues gen izara es para estas pobres gentes la altiva superioridad de la civilización.»

Esto dice el señor Castro y Serrano y su esplicacion basta para que sepan los lectores qué son los genízaros y el papel que desempeñan en Egipto.

El genizaro que representa nuestro grabado es el del consulado de España en Alejandría y se llama Surur Elias. Al retrato acompaña el fac-simile.

Surur Elias se ha mostrado en estremo servicial con los españoles, dándoles muestras de su clara inteligencia y de su afición á la patria, á quien sirve, como notarán nuestros lectores en el dibujo le falta el dedo índice de la mano derecha; lo perdió por efecto de habérsele disparado una pistola en el momento de descargarla.


EL PRINCIPE PEDRO BONAPARTE


EL PALACIO DEL VIREY

EN ISMAILIA LA NOCHE DE LA FIESTA CON QUE OBSEQUIÓ A LOS EUROPEOS.

En nuestro anterior número, reproduciendo un grabado de una