Esta página ha sido validada
157
DOLÓRES SUCRE
I a los siete consagró
Su vida a tocar el piano.
Aunque del divino Apolo
La gracia en vano imploró,
No ha muerto Constancia, no,
A UNOS OJOS ELOCUENTES.
Esos ojos que revelau
Con su elocuente mirada
Tu mente privilejiada
I tu vasta erudicion;
Esos ojos que en tus años
De hermosura i lozanía
Con denuedo i gallardía
Hirieron el corazón
De colejiales incautos;
De médicos, abogados;
Ministros i diputados