Página:La guerra gaucha.djvu/163

Esta página ha sido corregida
164
LA GUERRA GAUCHA

cencia de copos que rodaban perezosamente soltándose á manera de lurtes. Una esfumación azul marcaba depresiones entre esos relieves, iluminados por vívidas platas y cítricos lustres sobre los cuales pestañeaban descoloridos relampagueos. Poco duraron semejantes visos, pues el sol poníase ya. Los vapores engrosaban de abajo, fundiéndose en una inflación de algodones. Por un momento el cúmulo, crenado como un artificio arquitectónico, fantaseó en el horizonte un espejismo de inmensos mármoles.

La cinta cerúlea del crepúsculo espadañábase como la cola de un pavo real sobre el firmamento enternecido de rosa, por el cual subía la nube avivando su relampagueo. Semejante tormenta pesaba en la atmósfera como un derrumbe de pirámides. Fermentando polen trascendía la fronda. Una exasperación de vida la encantaba, aturdiendo con el chisporroteo de sus cigarras y haciendo ganguear a los sapos en los fangales.

Así que anochecía, iba amarilleando la nube, ardido su seno por leves fogonazos. Casi absorbida ya en el crepúsculo, invadiéronla tonos morados, y la masa entera livideció al resaltar aquéllos en heces de añil. Sombreose todavía; advino á plúmbea. Brotó de atrás un nuevo copo, culminando sobre su opacidad como un grumo. Más y más