Página:La guerra gaucha.djvu/151

Esta página ha sido corregida
152
LA GUERRA GAUCHA

la bruma en una humareda rosa de fuego de Bengala.

En ese momento, el pájaro de la tarde anterior gorjeó otra vez; pero no ya en el ramaje, sino en la canoa misma; y al trino semejante con que le respondieron de la arboleda, antes que la certeza de la traición se coordinase con acto alguno de los realistas, una nube de dardos partió del bosque. Y sobre los árboles unos, otros al pie con el agua a la cintura, brotaron guerreros en clamoroso enjambre. Pintarrajeados en guerra, enflechaban sus arcos ó revoleaban sus cachiporras, pirueteando y riendo con carcajadas crueles que el cristal cuarzoso de los bezotes deformaba en brillos siniestros, mientras llovían sin tregua sobre las víctimas los casquillos emponzoñados.

Fué una cacería entre las aguas, al azar de la macana ó de la flecha, y el sobreviviente que trajo la noticia confirmaba su narración con un codo triturado en la refriega.


Instigados á mayor severidad por ese relato, el cura y su amigo revisaban con rencoroso ahínco, día y noche, los grillos de sus prisioneros, infligiéndoles torturas en resguardo de una cavilada conjuración. Porque seguramente se confabulaban