Página:La guerra gaucha.djvu/143

Esta página ha sido corregida
144
LA GUERRA GAUCHA

prendiendo la fuga, y enseñando entre sus dedos un mazo de bigotes.


Los realistas, perplejos, socorrían al camarada. Apoyándose en su cabalgadura, el miserable revolvía despavoridos ojos. Su rebanada boca burbujeaba arroyos de sangre; y como el tajo le descubría los dientes, en el mismo horror del castigo que lo mutilaba, reía sangrientamente su inabolible risa.

En tanto, una minúscula polvareda delataba allá por las lomas la fuga del insurgente, cuyo sombrero escarapelaron desde ese día los bigotes del traidor.