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LA GRUTA DEL SILENCIO
La reina tísica i pálida
Presa en la cárcel de la noche.
Hija, no creas en la ironía de los blasones
Sé tú misma toda tu aristocracia,
La gran aristocracia de los bosques
Que se resume en levantar sus ansias.
El otro dia al cruzar la Alameda
Ví unas niñitas jugando a la rueda
I una niñita pobre que miraba de léjos
Con ojos codiciosos i llenos de dolor;
Su madre la arrastraba i ella volvia los ojos
Como diciendo: «¿Porqué no puedo jugar con ellas yo»?
I su madre decia:
«Ven, ese es el juego de las niñas ricas».
Pensé en tí, hija mía,
Maldije los blasones
I pensé que tú habrías jugado
Con la niñita pobre.



