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...Vuelve a andar lijero
(Me atraviesa los huesos un lento escalofrío).
Alargando las patas se mete a un agujero
I yo creo sentir que se lleva algo mio.

Tales versos producen la impresión que el poeta ha deseado, sobre todo el último que es admirable i obsesor. Ya Rollinat decia que el arte debe hacer sentir un calofrío siempre personal; acaso el calofrío que agobió los nervios de Victor Hugo cuando entre ellos se enredaron las notas de la lírica baudeleriana dejando el estrecimiento que el arpejio pone en las cuerdas. I en su busca de la personalidad el autor de «La gruta del silencio» ha dado, como los simbolistas, en el afán de poner el oido atento a todo lo que presajia el terror milenario de la muerte.

Grandes cualidades i enormes defectos se revelan en esta cosecha lírica que es de un poeta jóven, enamorado de lo raro. Pocas veces versifica con soltura i facilidad lo cual no escluye que abunden en su libro versos hermo-