Pobre—chica
La que tiene que servir. Más va—liera
que se llegase á morir.
Porque si es que no sabe
por las mañanas brujulear,
aunque mil años viva
su paradero es el hespital. Cuando yo—vine aquí,
lo primero que al pelo aprendí fué á fregar,—á barrer,
á guisar, á planchar y á coser, Pero viendo que estas cosas
no me hacían prosperar,
consulté con mi concencia
y al punto me dijo: «Aprende á sisar.»
Salí tan mañosa, que al cabo de un año,
tenia seis trajes de seda y satén.
A nada que ustedes discurran un poco,
|