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B. PÉREZ GALDÓS

Apenas me puse á escribir ésta , sentí gran ruido y movimiento en toda la casa , voces de alegría . « Fernando , Fernando - gri. taba Valvanera , - hijo mío , ven , ven ... {Qué había de ser , mi querido Hillo , sino la estu . penda , felicísima nueva de que D. Beltrán de Urdaneta , el gran aragonés , ha resucitado ? Falsa era la noticia de su muerte, llorada por toda esta familia ; inútiles los funerales y misas que se aplicaron por su alma . Ya lo decía yo.¡Sia ese no leparte unrayo!¡Si eselsiglo,sieslaépoca,si es un período histórico que no puede terminar hasta que la propia ley histórica lo dé por fenecido ! Figúrate el júbilo de estos señores , y el mío también , pues á ese buen viejo le quiero , como le querrías tú si le trataras . ¡Con cuánto gusto iría yo á su encuentro si, como dicen , viene hacia acá triunfante y ven diendo vidas ! Pero estoy preso y no puedo salir de mi dulce cárcel; en cuanto se lo in diqué á Valvanera , arrugó el divino entre cejo , al de Juno semejante , y me notificó que no piense en obtener la libertad mien tras ella , mi tirana por delegación , no rom pa los hierros que me oprimen . Su grave sonrisa , su maternal dulzura , convierten en rosas los eslabones de mi cadena . No me muevo por no ajarlas . Mi carcelera varia de conversación con gracia , incitándome á con . tinuar las interrumpidas obras del teatro ; aplauden las niñas ; corro en busca de mis papeles de Elsi; quiero atender a todo : al en sayo de la obra y á la preparación de los