Página:La estafeta romántica (1899).djvu/230

Esta página no ha sido corregida
226
B. PÉREZ GALDÓS

ño. El amarle será para ti un inmenso cor- suelo. No te canso más. Tuya siempre-Val- vanera.

XXXII

De Pilar á Valvanera.

Septiembre.

Amiga de mi alma: Pensaba escribirte hoy cosas gratas, y mi destino dispone que no lo sean. Sobre mí pesa sin duda una mal- dición. No creo en maldiciones: creo en castigos, y el mío es grande, más doloroso y largo de lo que á mi parecer me corres- ponde, sin duda por la magnitud de mis fal- tas. En los dos días que han pasado desde el memorable de la espantosa revelación, mi alma se consume en una ansiedad monótona y sin accidentes. Felipe no sale de su cuar- to. La noticia de que está enfermo, á mis oídos llegada por referencias de servidores más o menos discretos, me causó ayer in- quietud, hoy pena indecible. He llamado á Pantoja, el cual me asegura que el señor Duque no padece más que una indisposición nerviosa. En distintos aposentos de una mis- ma casa, mi marido y yo vivimos tan, dis- tantes como si fuéramos antípodas uno de otro. Esto es horrible, y de una tristeza que anonada. Hoy, por dos veces, no pudiendo refrenar mi ardiente afán de hablar con él,