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LA ESTAFETA ROMÁNTICA

por amor á Fernando. Todo se reduce á su- posiciones, conjeturas, fingimientos quizás de nuestro deseo. Hay un punto obscuro, muy obscuro, querida Valvanera, y es ur- gente aclararlo. Acláralo por Dios. Tenga- mos ¡ay! un hecho fijo y seguro en que fun- darnos, para que este plan mío y tuyo no sea un alcázar aéreo. ¡Pues bonito papel haría- mos si ahora resultara que..! Me vuelvo loca... Compadece á tu pobre amiga...

No escribo más; quiero serenarme; la plu- ma se me vuelve un pedacito de rayo. Sien- to en mí las sacudidas de los nervios, que me dicen que no escriba más. La Tostada se rinde.

Te mando millones de besos para que los repartas como quieras. Los que le toquen á Fernando, como no puedes dárselos tú direc- tamente, se los aplícas á tus nenes para que éstos se los pasen á él. Adiós otra vez. Os adora vuestra-Pilarica.

XVIII

De D. José M. de Navarridas (incluyendo esque- las de,las niñas de Castro) á Fernando Calpena.

De La Guardia d 6 de Mayo.

Ilustre senor y dueño: Dios le premie á usted el regocijo que ha dado á este viejo dignándose comunicarnos noticias directas