Página:La estafeta romántica (1899).djvu/132

Esta página no ha sido corregida
128
B. PÉREZ GALDÓS

ce: se humaniza, se vuelve menos áspero, y su amabilidad relativa indica su satisfac- ción y vanagloria. Yo, siempre en guardia, aprovecho para mis combinaciones los pre- ciosos momentos en que funciona el oráculo de los lances de honor. Cosas á que no me atrevería en días normales, las acometo va- lerosa cuando se trata de la elección de ar- mas, de los pasos que ha de dar adelante 6 atrás, en el terreno, cada uno de los duelis- tas. Y ya puedes suponer con cuánto fervor pido á Dios, en momentos para mí críticos, que haya desafio, que se peleen dos caballe- ros por cualquier futesa de política, de amo- res o de juego, para que vengan á mi casa en busca del oráculo, y éste se entusiasme y yo respire.

Y ya no escribo más hoy, que estoy can- sadita, aunque no tanto como lo estarás tú cuando me feas. Cree que no son ociosas es- tas explicaciones, para que te hagas cargo de mis sufrimientos y del servicio impagable que prestas á tu amiga. Tu cooperación me la tengo bien ganada... Vaya, no te canso más. Soy como esos visitantes fastidiosos, que después de despedirse vuelven á pegar la hebra, repitiendo lo que ya dijeron; y en pie, y en la puerta ya, todavía vuelven so- bre lo mismo. No más, no más: quédense para mañana otros secreticos que aún guar- da para tí tu amante amiga-Pilar.