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LA ESTAFETA ROMÁNTICA

mias se hagan públicas; la niña se les esca- pa; corre sola por esos caminos, buscando el de La Guardia, donde cree encontrar su bien, su solución... ¿Llegará? ¿La cazarán antes sus perseguidores? He aquí el misterio del acto último, aún no descifrado. ¡Alerta, Fer- nando! ¡A La Guardia! ¡Ahi va!

No sigo, que es tarde y se va el correo. Ultima noticia: no es cierto, como te dije, que haya muerto Ildefonso Negretti. Vive, aunque en un estado muy semejante à la imbecilidad. Me lo ha dicho Vildósola, que ignora ó afecta ignorar todo lo demás de esta historia lúgubre. Pero no desmayo en mis averiguaciones, y todo lo que yo sepa, lo sa- brás en el tiempo que tarden en llevarte mis cartas nuestros detestables correos. Consér- vate sereno, y no tomes resoluciones preci- pitadas. Para todo cuenta con tu fiel ami- go-Uhagón.

XV

De Pilar á Valvanera.

Madrid, Abril.

Amada mía: A mis penas crónicas ha que- rido Dios añadir una de las más agudas que podría enviarme. Estoy afligidísima; gran- des satisfacciones tendría que concederme Dios para consolarme de esta pena. Se me ha