Página:La emigración española a Chile.pdf/23

Esta página ha sido validada

confianza. Tanto así, que a Quiroga traspasa Valdivia su primera manceba – Inés de Suárez – y a de los Ríos la segunda; María de Encío.

De los territorios del Imperio llegan a Chile con Pedro de Valdivia, por ejemplo, Bartolomé Flores – nacido Blumenthal – originario de Nürenberg y, poco después, Pedro Lissperguer – hijo de Peter Birling y Ekaterina Liszberger, nieto de Jakob Birling – originario de Worms; bisabuelo y abuelo, respectivamente de nuestra Quintrala, Doña Catalina de los Ríos Lissperguer, esa que nuestro historiador Vicuña Mackenna retrata como “... pendiente de un pelo a las puertas del infierno ...”.

El “criollaje” que florecería en Chile durante los siglos XVII y XVIII es, por lo tanto, una muestra matizada y variopinta de todos los pueblos y regiones de la península; incluyendo los archipiélagos de Baleares y Canarias. Llegaron de todos los rincones, de diferentes clases sociales, con diferentes oficios, pero una sola y la misma aspiración: construir una vida nueva, una vida mejor. Otra vida, en la otra España; distinta, pero sobre los mismos pilares.

La familia de nuestra Quintrala, conocida como “Los Lissperguer”, forman un clan bastante paradigmático de lo que fue el mestizaje criollo, la sociedad chilena colonial; madre de brazos en jarra y padre ausente, de nuestra complicada identidad.

Por parte de padre: Don Gonzalo de los Ríos, montañés y cantabrón, tiene sus orígenes en Naveda, Cantabria; esa Castilla que quiere salir al mar. Doña María de Encío, aunque criada en Sevilla – Collación de San Vicente – nació en Baiona, en la costa gallega y su raigambre trepa Miño arriba hasta Taboada, Portela y Camba; todos términos parroquiales de la Comarca de Chantada.

Por parte de madre: los Lissperguer se entroncan, por una parte, con la nobleza de la Casa de Sajonia a través de los Sachsen Wittenberg que, andando el tiempo, en Chile, trocarán por Bitamberg y, por otra, con los Birling, posiblemente judíos conversos originarios de Worms[1] al igual que los Lissperguer. También con Bartolomé Flores – Bartholomeus Blumenthal – carpintero de clara raigambre hebrea, originario de Nürenberg que engendrará a Doña Águeda Flores en Doña Elvira, la Cacica de Talagante, princesa coya, hija del Curaca[2] de las tierras que iban desde el sur del Valle del Mapocho hasta Cauquenes.

Como diría Guillén, San Berenito y Santa María ¡todo mezclado! Uno mandando y otro mandado ¡todo mezclado! Negros y blancos ¡todo mezclado! Estamos juntos desde muy lejos, jóvenes, viejos, negros y blancos, todo mezclado.

Vale decir, meigas y machis, nobles y pecheros, montañeses y gallegas, españoles y alemanes, judíos y cristianos ... de allá venimos, de la profundidad

  1. Worms es una de las 3 ciudades que, junto a Speyer y Mainz, en la Edad Media conforman la “troika” de ciudades sede de las comunidades judías más importantes de Europa Central; la llamada SCHUM donde SCH (S) por Speyer. U(W) por Worms y M por Mainz
  2. Curaca, gobernador del Incanato en tierras tributaries del Imperio
23