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Noctámbulos de Noctambulandia es como decidieron denominarse a si mismos los 17 españoles asilados a finales de abril en la Embajada de Chile en Madrid, en la Calle del Prado n° 26. Allí hubieron de permanecer, con el alma y la vida pendiente siempre de un hilo, acechados constantemente por la incertidumbre y la zozobra durante un largo año y medio, en calidad de “reos de nocturnidad”.[1]

  • Antonio Aparicio Herrero, escritor, 22 años
  • Edmundo Barbero, artista, 39 años
  • José Campos Arteaga, estudiante, 24 años
  • Fernando Echeverría Barrio, arquitecto, 40 años
  • Pablo de la Fuente, escritor, 33 años
  • José García Rosado, médico, 28 años
  • Luciano García Ruiz, abogado, 33 años
  • Antonio Hermosilla Rodríguez, periodista, 54 años
  • Luis Hermosilla Cívico, estudiante, 18 años
  • Antonio de Lezama, periodista, 57 años
  • Santiago Ontañón Fernández, artista, 35 años
  • Eusebio Rebollo Esquevillas, contable, 24 años
  • Aurelio Romeo del Valle, abogado, 26 años
  • Julio Romeo del Valle, estudiante, 24 años
  • Esteban Rodríguez de Gregorio, médico, 26 años
  • Arturo Soria y Espinoza, abogado, 31 años
  • Luis Vallejo y Vallejo, médico, 31 años

Para cuatro de ellos – Fernando Echeverría, Antonio Hermosilla, Arturo Soria y Luis Vallejo – las autoridades chilenas, tras denodados esfuerzos y después de darse innumerables veces de cabezazos contra la sólida pared de la cabezonería franquista, consiguieron, en octubre de 1939, los salvoconductos que les permitieron viajar a Francia y desde allí a América. Fernando Echeverría y Arturo Soria recalaron en Chile.

Los restantes debieron seguir confinados en el inmueble de la Embajada de Chile en la Calle del Prado primero y, posteriormente, en la Calle Fortuny. Hasta septiembre de 1940; fecha en la que ¡por fin! Fueron autorizados a salir hacia Portugal y, desde allí, en el vapor Cuyabá, a Rio de Janeiro. Varios de los miembros de este segundo grupo, llegaron también a Chile: Aparicio, Barbero, Pablo de la Fuente, el Dr. García Rosado, García Ruiz, Ontañón y el Dr. Esteban Rodríguez.

Producto de esta reclusión, “como uno de los métodos para mantener la moral en el año y medio que duró el encierro en la Embajada”[2], producto de la fervososa voluntad de trascender aquel enclaustramiento y, en fin, como una forma de hacer de la cultura una ayuda para que la vida no sucumbiera a la desolación, vieron la luz – aunque nacieran en las sombras de las noches

  1. Título de una novela del peruano Alfredo Bryce Echeñique Pablo de la Fuente en “Luna”, recopilación y edición de Jesucristo Riquelme. Editorial Edaf, 2000, Madird
  2. Pablo de la Fuente en "Luna", recopilación y edición de Jesucristo Riquelme. Editorial Edaf. 2000. Madird
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