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La emigración española a Chile

Introducción

Mi consejo y parecer
Es que el que quiera librarse
De la Peste, salga luego,
Vaya lejos, vuelva tarde.

La emigración como fenómeno, comporta, al menos, dos momentos esenciales: la expulsión y la atracción. La expulsión que ejerce el lugar donde estamos y la atracción que nos lleva hacia donde vamos. Nadie, salvo el “patiperro” confeso y recalcitrante – ejemplar escaso, sin duda – se expatria, se aleja de su lugar de origen sin una razón poderosa que lo obliga, que lo conmina, a dejar la “querencia”, a abandonar sus hábitos, modos y costumbres. La expulsión tiene lugar de diversas maneras y a través de diversos instrumentos; unos más drásticos que otros, unos más formales que otros. Y, en el marco de un mismo momento o período migratorio, este puede revestir distintas características respecto de los diferentes grupos, e incluso, respecto de cada individuo.

La emigración española a América en general, y a Chile, en particular, es buen ejemplo de ello. Desde el comienzo, es decir desde los albores del siglo XVI, los españoles que salían de la península con “camas y petacas”, vale decir, para no volver, lo hacían respondiendo a diversos factores y, las mas de las veces, a una conjunción de ellos.

Factores preponderantemente económicos condicionaron la salida de muchos. La pertinaz sequía con su secuela de hambruna unida a la peste recurrente y a la escasez de tierras de labor que generó la política de ganadería extensiva de los señores en el siglo XVI, obligó a muchos a abandonar el terruño entre mediados del siglo XVI y todo el XVII. También fundamentalmente económicas fueron las razones de la emigración del siglo XIX. España, la pariente pobre de Europa, expulsaba a sus hijos hambrientos enviándolos a hacer fortuna en Las Indias, a que se hicieran “indianos”.

Eminentemente políticas, en cambio, fueron las causales de la primera emigración; la de comienzos del siglo XVI. Los derrotados de uno y otro bando en la Guerra de Los Comuneros nutren las filas de la emigración de los primeros años del mil quinientos. Así mismo, fueron razones políticas las que trajeron a América y a Chile a los “refugiados” españoles de la Guerra Civil del 36. Los “rojos”, los republicanos, encuentran en América una tierra que los acoge, un “asilo contra la opresión”.[1]

Cuando la expulsión surte su efecto. Cuando el español, como grupo afín de algún tipo o como individuo, se siente expulsado, excluido de su entorno, desalojado de su habitat, proscrito en relación a sus derechos, es cuando entra

  1. Verso del Himno de Chile que reza ".... o la tumba serás de los libres, o el asilo contra la opresión ..."
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