SOSTENIBILIDAD Y
LOS PRINCIPALES
RIESGOS
AMBIENTALES
El mundo actual está sometido a grandes cambios y potenciales riesgos, muchos de ellos inéditos y que sobrepasan, por su complejidad y niveles de interrelación, nuestra capacidad de entendimiento o de gestión, de ahí la importancia del principio de precaución, así como de un nuevo y necesario planteamiento epistemológico ante el medioambiente y las relaciones entre el sistema ciencia-tecnología y la sociedad (Cortés, 2018). La búsqueda de un mundo seguro, cierto y predecible ha quedado atrás en la actual etapa de la globalización, en la que la tecnología anticipa nuevas verdades, pero donde, paradójicamente, hay menos certezas.
La incertidumbre ―entendida como la falta de seguridad o de certeza sobre algo difícil de medir o identificar― está cada vez más arraigada en nuestras vidas, y el cambio es omnipresente; aunque cada vez existen metodologías e instrumentos más sofisticados para la medición de riesgos y para transformar la incertidumbre en un riesgo medible. La incertidumbre no es solo ambiental, también nosotros, personas individuales y organizaciones, contribuimos a crear incertidumbre con nuestras acciones, siendo incapaces, en múltiples ocasiones, de medir o determinar el alcance de nuestros impactos.
Las reflexiones sobre nuestro tiempo y sobre nuestro mundo global,
elaboradas por pensadores y sociólogos como Ulrich Beck o Anthony
Giddens, han puesto de manifiesto los grandes problemas a los que se
enfrentan las sociedades de nuestro tiempo. Beck (1992), por ejemplo, hace
referencia a la sociedad del riesgo, o la civilización del riesgo como la llamará