tión femenina no tiene la importancia que reviste en los paises de Europa: la igualdad de ambos sexos es absoluta en la educación, tiende á serlo en el ejercicio de las profesiones, y deberá sancionarse en la legislación civil. Falta aún mucho por hacer, pero esta es tarea que, más proficuamente que los poderes públicos, pueden desempeñar las mismas mujeres, aunando sus esfuerzos en asociaciones con ese fin.
Un hecho resalta, con todo, desde este
momento: la influencia extraordinaria
de las asociaciones femeninas de beneficencia, su extenso radio de acción, y
su misión caritativa y educacional. Hay
secciones de la presente exposición, que
se componen de trabajos de asilos, talleres ó escuelas, dirigidos exclusivamente por sociedades de damas. Y de
ese género son las que entre nosotros
sostienen y administran hospitales, asilos de huérfanos, casas maternales,
salas de infantes, colegios de adultos,