la otra mitad resulta absolutamente
obligada á depender de los varones para
su subsistencia (1). El trabajo de la mujer es, pues, un problema en este país; no deja, á la destituida de fortuna hereditaria, más solución que el matrimonio ó la miseria, si el vicio no la arrebata.
¿Qué remedio tiene tan grave mal? Por
de pronto, hay que comenzar á cambiar
ese estado de cosas desde la escuela, y
ésta no es pequeña tarea en un país
donde casi la mitad de la población está
todavía privada de instrucción (2). Desgraciadamente, la proporción es todavía
más sensible respecto de las mujeres:
entre los varones, casi la mitad son
alfabetos, pero en las mujeres, sólo algo
más de la tercera parte, es decir, que
hay mayor número de mujeres en condiciones desfavorables para labrarse un
porvenir (3)... Y lo curioso del caso es
(1) Proporción de varones con profesión 866‰;
de mujeres, 445‰
.
(2) Es decir un 456‰, ó sean 1.766.184 personas de ambos sexos.
(3) Varones alfabetos: 492‰; mujeres, 415‰; diferencia en contra de la mujer: 77‰.