que hacerse muchas ilusiones, porque en los países nuevos el hombre está absorbido por la lucha por la vida, y generalmente exige que su mujer lo ayude en la contienda. Por eso, acaso, es mayor la proporción de extranjeros casados, como también son relativamente más las extranjeras que se casan (1): ¿significa eso que la mujer extranjera, por educación ó por atavismo, está más dispuesta al trabajo, y prefiere ser una ayuda y no una carga en el hogar? Cuestión es esta que nos llevaría demasiado lejos el profundizarla ... (2).
Lo que sí debe seriamente llamar la
atención, es el hecho de que casi la totalidad de nuestra población masculina
tiene arte, oficio ú ocupación; mientras
que, en la femenina, apenas pasa eso
con la mitad de la misma, de modo que
(1) En 1895, la proporción de solteros era la
siguiente: argentinos, 636‰; extranjeros, 464‰;
de casados: 325‰ los primeros, 494‰ los segundos.
(2) La proporción de 1895 era: 54s‰ argentinas solteras y 219‰ extranjeras en iguales condiciones; y 351‰ casadas de las primeras, contra 077‰ de las segundas.