en cuenta determinadas particularidades, ya que, entre nosotros, á la inversa
de lo que pasa en el resto del mundo,
predominan los hombres sobre las mujeres (1); lo que, unido á la facilidad
de vida y á la exigencia de ocupar territorios enormes, favorece la constitución de la familia y el gran número de
hijos, haciendo que la mujer sea aquí
mucho más solicitada que en las naciones europeas. Al tener en cuenta el análisis del problema femenino y las soluciones propuestas por los pensadores
europeos, necesario es, pues, no olvidar
la idiosincracia nacional, que modifica
grandemente la cuestión. Debe, además,
(1) En 1895, los hombres representaban un
528‰, y las mujeres sólo el 472‰ de la población: pero, en la netamente argentina habían
44.480 mujeres más que varones, y en la extranjera 267.927 varones más que mujeres, formando
en el conjunto una diferencia de 222.927 en favor
del sexo masculino. En las naciones densamente
pobladas, como las europeas, la proporción es inversa: en Inglaterra hay sólo 485‰ de varones,
y las mujeres son 1064‰ en relación al otro sexo;
en Francia, esas cifras son 496 y 1014 respectivamente; en Austria, 489 y 1044; en Holanda, 494
y 1024 ; en Alemania, 490 y 1040, etc.
Página:La cuestion femenina - Ernesto Quesada.pdf/27
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