vares, y éste ha aprovechado escasamente sus manuscritos respecto á la naturaleza del país.
En 1766 el jesuita Guel se propuso volver á la mision de Nahuel-Huapí, con el propósito de explorar las tierras del Limay. Llegó á su destino y construyó canoas con las cuales pudo ver las ruinas de la obra de sus predecesores, y descender algunas leguas por el Limay, sobre cuyos saltos de piedra se despedazaron las débiles embarcaciones, obligándolo á regresar á Chile. Una expedicion análoga fué realizada en 1792 por el padre Menendez quien navegó el lago y el Limay varias leguas afuera de su orígen hasta una toldería de indios pampas, hospitalarios y dueños de grandes rodeos de ganados. Después de visitarlos, el explorador retrocedió hácia el lago y regresó á Chile en seis dias.
Esto hacian los misioneros á la sombra de la cruz. Veamos, en cuatro palabras, lo que hacían los hombres de espada con el propósito de explorar y conquistar el mismo país.
El primero y mas importante reconocimiento practicado en los valles andinos del sur de Mendoza, fué órdenado por el conquistador de Arauco D. Pedro de Valdivia, allá por el año de 1551.[1]
Nombró al general D. Francisco de Aguirre para que conquistara los territorios que median entre la Cordillera de los Andes y la ciudad de Santiago del Estero, y á dos gefes mas, Villagra uno y otro, cuyo nombre no guarda la Historia, para que conquistara el territorio de Cuyo.
Sabedor Valdivia por comunicaciones de Villagra, que el territorio de Cuyo era regado por rios que des-
- ↑ Véase la obra histórica del Dr. D. José A. Saez, Límites y posesiones de la Provincia de Mendoza, pájinas 92 á 96.