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LA CONQUISTA DE QUINCE MIL LEGUAS

robustecido con nuevos elementos que he acopiado; y sufrirá análogas modificaciones la noticia bibliográfica y cartográfica, que ha merecido un elogio especial de críticos autorizados.

En cuanto al Apéndice solamente tengo que agregar á él la ley del Congreso de 1878, que no habia sido dictada aun al aparecer la primera edicion.

Tal es el plan de revision y aumento á que obedece la segunda edicion, que, como la primera, dedico á los gefes y oficiales del ejército expedicionario, como un homenaje de estimacion, á la vez que como un libro manual, en que pueden hallar datos que les son necesarios y cuya utilidad palparán cuando estén en campaña.

El Ministro de la Guerra ha tenido la bondad de invitarme á formar parte de la Expedicion; pero no me es posible aceptar la invitacion. Como he de complementar mi obra con dos tomos más, necesito viajar y observar personalmente en el territorio á que he consagrado estos estudios. El viaje seria estéril yendo con una de las columnas expedicionarias, porque apenas podria examinar el itinerario de ella; mientras que será fecundo, cuando asegurada la ocupacion del rio Negro y despejado el terreno, pueda yo hacer un viaje de circunvalacion desde el rio Negro hasta Mendoza y desde Mendoza hasta Buenos Aires, por el desierto.

Tal es tambien el plan de mis trabajos futuros, emprendidos con el deseo de cooperar á la grandiosa empresa nacional, que, una vez realizada será recordada entre las grandes campañas de la civilizacion, que ilustran el siglo XIX.

Entonces al canal de Suez, al ferro-carril americano interoceanico, á la perforacion de las grandes montañas para dar paso á la locomotora, y á la red del telégrafo que ciñe los contornos del planeta, la República Arjentina habrá añadido como obra fecunda del progreso sur-americano, la conquista de sus quince mil leguas de lozana tierra.

Buenos Aires, 1º de Noviembre de 1878.


Estanislao S. Zeballos.