consideración, pues hay tantos arroyos en aquellos montes, como quebradas ó bajos tienen los cerros, y en todos ellos hay mallinares. Todos estos rios y esteros que he nombrado, los he conocido, ó vi sus embocaduras, y muchos de ellos pasado, como se verá a en el diario; á escepcion de Pichi-Neuquen, y Mucum-leuvu, que les el rio mas grande que nace al oriente de estos montes que quedaron al sur.
« Nadie podrá dudar que el Neuquen, desde las puntas de Leadi-leuvu sea navegable de embarcaciones meñores; y por él seria fácil introducirse á Limay-leuvu, y por este, hasta la costa Patagónica. »
El Limay-leuvu que corre desde Nahuel-Huapi al norte, por espacio de 120 kilómetros oblicua al este, describiendo un grande arco y se reúne al Neuquen según Villarino á los 38° 42' de L. S. y 71° 10' de longitud O. de Paris y 68° 50' de Greenwich. Ya hemos visto que aquel piloto no pudo navegar el Neuquen en su lancha al intentarlo en 1783 á causa de haber tropezado con varias islas, en un punto donde se bifurcaba el rio no dándole paso.
El Neuquen corre cerca de su confluencia por un valle profundo, bastante ancho, formando muchas islas cubiertas de vegetación, especialmente de sauces y mimbres. Villarino observó que sus corrientes eran impetuosas en mayor grado que las del Limay y del Negro. Este es el rio que el benemérito piloto español confundió con el Diamante, haciendo incurrir en el mismo error á geógrafos y escritores de los dos siglos.
El mayor Bejarano pasó el Neuquen en 1872 con el agua al encuentro del caballo, habiendo sido informado por los indios de que el rio estaba bajo.
Finalmente el señor Moreno visitó el rio Neuquen en 1875 y lo único que sobre el nos dice en su relación de