Página:La conquista de quince mil leguas.djvu/101

Esta página ha sido corregida
97
EL RIO NEGRO Y SUS AFLUENTES

do que sopla de los Andes, ajitan las aguas cuyo oleaje es formidable. Al oeste se halla estrechado por altas murallas de piedra que las olas azotan con furor. Al noroeste hay siete islas en una gran bahia, quedando la mayor de estas sobre la orilla oriental. Las isletas, dice Cox, tenian un aspecto encantador y las arboledas hacian el efecto de poblaciones de los campos.

El desagüe del lago en el rio Limay fué prolijamente examinado por la expedición chilena, que encontró una corriente de diez millas por hora en el oríjen de dicho rio. A 500 metros de su salida del lago se señaló un rápido, que no ofreció dificultades; y desde allí todo su curso es regular y magestuoso, con aguas cristalinas y sabrosas.

Cox refiere que el fondo del rio se halla lleno de piedras redondas como de veinte pulgadas de diámetro, en lo que concuerda perfectamente con Villarino, que escribió, al márjen del mapa de su exploración, que el Limay arrastraba y detenia piedras chicas como botijas de aceite, lo que hacia incómoda su navegación en la época de la mayor bajante.

Resulta también de las observaciones de Cox, que el Limay tiene en un trayecto de dos millas desde su naciente, 80 metros de ancho, de 3 á 4 metros de profundidad y una corriente de 7 millas por hora, ó sea tres menos que en su oríjen. Preferimos reproducir su descripción general de Limay.[1]

« Su lecho parece un acueducto formado por la mano de la naturaleza para trasportar una masa de agua desde un punto á otro del mismo nivel, haciéndola

  1. Como esta es una obra de aplicación práctica, que servirá para los oficiales que hagan la expedición al rio Negro y aún á los nuevos exploradores de aquellas rejiones, debemos ser muy minuciosos en los detalles, para encaminar en cuanto sea posible á los viajeros futuros.