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CAYO SALUSTIO CRISPO.

le trataba familiarmente, y cada dia le insinuaba más en su amistad, viendo que ningun consejo ni empresa suya salia vana. Llegábase á esto su liberalidad y la destreza de su ingenio, con las cuales prendas se ha bia granjeado la amistad de muchos de los Romanos.

Habia en aquel tiempo en nuestros ejército varios sujetos (de poca cuenta, y tambien nobles) que anteponian las riquezas á lo bueno y honesto; gente de partido y de autoridad en Roma, famosos por eso entre los confederados, más que por su virtud. Estos inflamaban el ánimo elevado de Jugurta, prometiéndole que si llegaba á fallar Micipsa, seria su único sucesor en el imperio de Numidia, asi por su gran valor, como porque en Roma todo se vendia. Pero despues que, destruida Numancia, Publio Scipion resolvió despedir las tropas auxiliares y volverse á Roma; habiendo regalado y elogiado magnificamente á Jugurta en presencia de todos, le separó y llevó á su tienda, y allí le advirtió secretamente, «que no cultivase la amistad del Pueblo romano por medio de particulares, sino en cuerpo, ni se acostumbrase á regalar privadamente á alguno; que no sin