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La ciudad de Dios

del Señor Todopoderoso? Siendo así que tenemos por dichosos á los extraños de la religión de Dios, ya que vemos á todos los pecadores me drados y acrecentados y á los que han sido contra Dios, salvos y libres de sus calamidades. Pero los que temían á Dios, dijeron en contraposición á estas sutiles quejas, cada uno respectivamente á su prójimo: todo lo advierte el Señor, y lo oye, y tiene escrito un libro de memoria delante de sí en favor de los que temen á Dios y reverencian su santo nombre (1)». En este libro se nos significó el Testamento Nuevo; pero acabemos de oir lo que sigue (2): «Y á éstos los tendré yo, dice el Señor Todopoderoso, en el día en que he de practicar lo que digo, como hacienda y patrimonio mio propio; yo los tendré escogidos, como el hombre que tiene elegido á un hijo obediente y que le sirve bien. Entonces volveréis á considerar, y notaréis la diferencia que hay entre el justo y el pecador, entre el que sirve á Dios y el que no le sirve (3); porque sin duda vendrá aquel día ardiendo como un horno, el cual los abrasará, y serán todos los pecadores y los que viven impíamente como paja seca, y los abrasará en aquel día, en que vendrá, dice el Señor Todopoderoso, de forma que no quede raíz ni sarmiento de ellos; pero á los que tienen y confiesan mi nombre, les nacerá el sol de justicia, y en sus alas vuestra salud y remedio; saldréis y os regocijaréis como los novillos cuando se ven sueltos de alguna prisión, y hollaréis á los impíos, hechos ya ceniza, debajo de vuestros pies en el día en que yo haré lo que digo, dice el Señor Todopoderoso». Este es el que llaman día del juicio, del cual hablaremos, si fuere la voluntad de Dios, más extensamente en su propio lugar.

(1) Malachias, cap. III, vs. 18, 14, 15 y 16.

(2) Malachias, cap. III, v. 17.

(3) Malachias Proph., cap. IV. vs. 1, 2 y 3.