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San Agustín

Profeta la primera y segunda venida de Cristo, la primera donde dice: «y luego al momento vendrá á su templo aquel Señor, esto es, vendrá á tomar su carne», de la cual dice en el Evangelio (1): «Deshaced este templo y en tres días le resucitaré»: la segunda, donde dice: «mirad que viene», dice el Señor Todopoderoso, ¿y quién podrá resistir cuando se dejare ver? Y en lo que dice «aquel Señor que vosotros buscáis, y el Angel del testamento que vosotros deseáis», nos da á entender, y significa sin duda, que los judíos, conforme á las Escrituras, que leen continuamente, buscan.y desean hallar á Cristo: pero muchos de ellos, al que buscaron y desearon eficazmente no le reconocieron después de venido, por tener vendados los ojos de su corazón con sus anteriores deméritos y pecados. Lo que aquí llama Testamento, y arriba donde dijo: «le dí mi Testamento»; y aquí donde le llama «Angel del Testamento», sin duda debemos entenderlo del Testamento Nuevo, en el cual las promesas son eternas, no como en el Antiguo, donde son temporales, de las cuales, haciendo en el mundo muchos espíritus débiles y necios grande estimación, y sirviendo á Dios verdadero por la esperanza del premio de tales cosas temporales, cuando advierten que algunos impíos y pecadores abundan de ellas, se turban. Por eso, el mismo Profeta, para distinguir la bienaventuranza eterna del Nuevo Testamento de la felicidad terrena del Viejo, la cual por la mayor parte se da también á los malos, dice así: «Habéis hablado pesadamente contra mí, dice el Señor, y preguntáis, ¿qué hemos hablado contra ti? Dijisteis: en vano trabaja quien sirve á Dios. ¿Y qué es lo que hemos medrado por haber guardado exactamente sus preceptos y procedido con humildad, pidiendo misericordia delante (1) San Juan, cap. II.