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San Agustín

medio de dos animales» (1): y este misterioso enigma, ¿qué significa sino que daría á conocerse el Verbo del Padre en medio de dos testamentos, ó en medio de dos ladrones, ó en medio de Moisés y Elías, cuando en el monte Tabor hablaron con el Señor? «Cuando se acercaren los años (dice el historiador sagrado) (2), serás conocido: cuando llegue su tiempo, te manifestarás».

Estas expresiones, porque en sí mismas son sencillas y claras, no necesitan de exposición alguna. Pero lo que sigue en el Profeta (3): «cuando se turbare mi alma, y estuvieseis enojado contra mí, os acordaréis de la misericordia»: ¿qué quiere decir, sino que tomó en sí mismo la persona de los judíos, de quienes descendía? los cuales, aunque turbados y ciegos, por su infernal ira, crucificaron á Jesucristo. Sin embargo, no olvidándose el Señor de su infinita misericordia, dijo: «Padre mío, perdónalos, porque no saben lo que se hacen» (4). «Dios vendrá de Theman, y el Santo de un monte sombrío y espeso». Estas palabras, con las que dice el profeta: vendrá de Theman, otros las entienden y dicen así: del Austro, ó del Africa, que significa el Mediodra, esto es, el fervor de la caridad, y el resplandor de la verdad. Y por el monte humbroso y fragoso, aunque puede entenderse de varios modos, yo más gustosamente lo tomaría por la profundidad y sentido misterioso de las Sagradas Escrituras, en las que se contienen las profecías que hablan de Jesucristo, por cuanto en ellas se ven impenetrables arcanos, predicciones sombrías, obscuras y densas, que excitan el ánimo del que pretende comprenderlas: de donde proviene que el que logra la (1) Abaouc, cap. II, v. 2.

(2) S. Juan, cap. XIX, y S. Mateo, cap. XII, y S. Proph., cap. III, v. 2..

(8) Abacne, cap. III, v. 2.

(4) Abacuc, cap. III, v. 3.