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San Agustín

monte Sión, para defender el monte de Esaú, y el Señor reinará en él». Es de inferir que se verificó esta predicción cuando los que se salvaron del monte Sión, esto es, los que de Judea creyeron en Cristo (entre quienes principalmente se entienden los Apóstoles), para defender el monte de Esaú. ¿Y cómo le defendieron, sino por la predicación del Evangelio, salvando á los que creyeron, para libertarse así de la potestad infernal de las tinieblas y transferirse á la posesión beatifica del reino de Dios? Lo cual consecutivamente declaró, añadiendo: (1): «y el Señor reinará en él»; porque el monte Sión significa la Judea, donde se profetizó que había de ser la salud y la santidad, que es Cristo Jesús. El monte de Esaú es Idumea, por la cual se nos significa la Iglesia de los gentiles, que defendieron, como declaré, los rescatados del monte Sión, para que reinase en ella el Señor; era esto obscuro antes de suceder; pero después de sucedido, ¿qué filel cristiano habrá que no lo reconozca?

El profeta Naun, ó, dicho mejor, Dios por él, (2) dice: «Desterraré tus esculturas y estatuas y haré que te sirvan de sepultura, porque ya veo apresurarse por. los montes los pies del que ha de evangelizar y anunciar la paz. Celebra ya joh Judá! tus flestas y acude á Dios con tus votos, porque ya no se envejecerán más. Consumado está; ya se ha acabado; ya ha subido el que sopla en tu rostro, librándote de la tribulación». Quién sea el que subió de los.infiernos y quién el que sopló en el rostro de Judá, esto es, de los judíos, discipulos de Jesucristo, es fácil de comprender acordándose del Espíritu Santo, los que reconocen y están sometidos al Evangelio. Porque al Nuevo Testamento pertenecen (1) Abdias, cap. V.

(2) Naun, cap. I, v, 14,