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La ciudad de Dios

profetas por sus abominables pecados y maldades, les anunciaron habían de sobrevenirles estas desdichas, especialmente Jeremías, que les señaló puntualmente hasta el número de los años que habían de vivir en dura servidumbre. Por aquel tiempo dicen que floreció Pitaco Mitileno, uno de los siete sabios, y los otros cinco restantes (á los cuales, por hacerlos siete, les añaden á Thales, de quien arriba hicimos mención, y á Pitaco), escribe Eusebio que florecieron en tiempo que estuvo cautivo el pueblo de Dios en Babilonia, los cuales son: Solón, ateniense; Chilón, lacedemonio; Periandro, corintio; Cleobulo, lindio; Bias, prieneo. Todos éstos, que llamaron los siete sabios, fueron esclarecidos y famosos después de los poetas teólogos, porque se aventajaron á los demás hombres en cierto modo y género de vivir virtuosa y loablemente, porque comprendieron algunos preceptos tocantes á las costumbres bajo de ciertos adagios ó sentencias breves, aunque no dejaron, en cuanto á la literatura, escrita obra alguna, á excepción de lo que dicen que Solón dejó escritas algunas leyes á los atenienses; pero Thales, que fué físico, dejó varios libros de sus dogmas. En el mismo tiempo de la autoridad judaica florecieron Anaximandro, Anaxímenes y Xenófanes, físicos, y también Pitágoras, desde quien principiaron á llamarse filósofos.



CAPÍTULO XXVI

Cómo al mismo tiempo en que cumplidos setenta años se acabó el cautiverio de los judíos, los romanos también salieron del dominio de sus reyes.


Por este mismo tiempo, Ciro, rey de los Peraas, que lo era también de los Caldeos y Asirios, mitigándose al-