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San Agustín

los sentidos de los que los experimentan; porque, en efecto, de una manera se saben y se tiene noticia de todos los vicios por la doctrina de la sabiduría, y de otra por la mala vida del ignorante; así también hay dos especies de olvido de los males, porque de un modo los olvida el erudito y docto, y de otro el que los ha experimentado y padecido: el primero olvidándose de la pericia y ciencia, y el otro dejando de sufrirlos. Según este género de olvido que puse en último lugar, no se —acordarán los Santos de los males pasados, porque carecerán de todos los males, de forma que totalmente desaparezcan de sus sentidos. Con aquella potencia de ciencia, que la habrá muy singular en elles, no sólo no se les encubrieran sus males pasados, pero ni aun la eterna miseria de los condenados. Porque, de otra suerte, si no han de saber que fueron miserables, ¿cómo, conforme á la expresión del Real Profeta, «han de celebrar eternamente las misericordias del Señor. puesto que aquella Ciudad, en efecto, no tendrá objeto de más suavidad y contento que el celebrar esta alabanza y gloria de la gracia de Cristo, por cuya sangre hemos sido redimidos»? Allí se cumplirá: «descansad y mirad que yo soy Dios», que dice el Salmo, lo cual será allí verdaderamente un grande descanso y un sábado que jamás tenga noche. Este nos lo significó el Señor en las obras que bizo al principio del mundo, donde dice ia Escritura: «descansó Dios al séptimo día de todas las obras que hizo, y bendijo Dios al día séptimo y le santificó, porque en él descansó de todas las obras que comenzó Dios á hacer». También nosotros mismos vendremos á ser el día séptimo, cuando estuviéremos llenos de su bendición y santificación. Allí, estando tranquilos, quietos y descansados, veremos que él es Diosque es lo que quisimos y pretendimos ser nosotros cuando caímos de su gracia, dando oidos y crédito al