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San Agustín

$30 SAN AGUSTÍN semos de referir á la forma de la resurrección en que cada uno se ha de hallar, ¿quién impide que donde nombra el varón podamos entender también la mujer, como en el otro pasaje donde dice: «Bienaventurado es el varón que teme al Señor», sin duda están comprendidas también las mujeres que temen al Señor?



CAPÍTULO XIX

Que no debe haber en la resurrección vicio alguno en el onerpo que en esta vida del hombre fuere contrario al decoro y hermosura, y que allá, sin alterar ni mudar la substancia natural, concurrirán en una hermosura la calidad y cantidad.


¿Para que he de dar congrua satisfacción á la objeción relativa a los cabellos y á las uñas? Porque entendido una vez que de tal manera no perecerá parte alguna del cuerpo que no haya deformidad en él, asimismo se comprenderá que los miembros que habían de representar cierta deforme fealdad, se han de unir á la masa y no á los lugares donde pueda recibir fealdad la forma de los miembros, como si hiciésemos un vaso de barro, y vuelto á deshacer y reducido á la misma materia de barro, se volviese á formar de nuevo, no sería necesario que la parte de barro que estuvo en las agas ó la que estuvo en el fondo, vuelva nuevamente á formar el mismo fondo, con tal que el todo volviese al todo; esto es, que todo aquel barro, sin perderse parte alguna, volviese á todo el vaso; por lo cual, si los cabellos tantas veces cortados, ó las uñas cortadas, vuelven á sus propios lugares, no volverán con deformidad; pero tampoco se le perderán al que resucitare, porque