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La ciudad de Dios

$25 llegó Cristo en la tierra: porque hasta los sabios del siglo definieron é incluyeron la juventud y mocedad del hombre alrededor de los treinta años, desde la cual principia ya el hombre á declinar á los daños y menos cabos de la edad grave y anciana, y por eso no dijo á la medida del cuerpo ó á la medida de la estatura, sino á la medida de la edad plena de Cristo.



CAPÍTULO XVI

Cómo se debe entender el hacerse conformes los santos á la imagen del Hijo de Dios.


Lo que también dice el Apóstol, «que los predestinados se hacen conformes á la imagen del Hijo de Dios»», puede también entenderse según el hombre interior.

Por ello nos dice en otro lugar: «no queráis conformaros con este siglo, sino reformaros conforme á la novedad de vuestro espíritu». Reformándonos para no conformarnos con este siglo, nos conformamos con el Hijo de Dios. Puede también entenderse que así como el Señor se conformó con nosotros en la mortalidad, así nosotros nos hagamos conformes á su Majestad Divina en la inmortalidad, lo cual sin duda pertenece igualmente á la misma resurrección de los cuerpos. Pero si en estas palabras no advierte la forma en que han de resucitar los cuerpos, así como la medida de que habla el Apóstol no debe entenderse de la cantidad, sino de la edad, tampoco estas palabras deben atribuirse á la estatura. Todos, pues, resucitarán tamaños en el cuerpo como fueron ó habían de ser en la edad de la mocedad, aunque nada importará que sea la forma del cuerpo de niño ó de anciano, en donde no ha de haber ni quedar.