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San Agustín

cuando mueren en esta edad? Porque no podrán responder que no han de resucitar los que son capaces, no sólo de la generación, sino también de la regeneración.

En seguida preguntan el modo que ha de tener la misma igualdad, porque si todos han de ser tan grandes y tan largos como lo fueron todos los que aquí fueron grandísimos y larguísimos, preguntan, no sólo de los pequeños, sino también de muchos grandes, cómo se les ha de pegar lo que aquí les faltó, si allá ha de adquirir cada uno lo mismo que aquí tuvo. Y si lo que dice el Apóstol que todos hemos de venir «á la medida y tamaño de la edad plena de Cristo», como también lo que añade: «que á los que predestinó quiso fuesen conformes á la imagen de su Hijo», debe entenderse que han de tener la estatura y disposición del cuerpo de Cristo todos los cuerpos de los hombres que habrá en el reino, á muchos, dicen, se les habrá de desmembrar de la grandeza y longitud del cuerpo. ¿Y cómo realmente se compadece con esta doctrina la de que «no ha de perecer un cabello de nuestra cabeza», ai de la misma magnitud del cuerpo ha de perecer tanto? Aunque pueda también dudarse de los mismos cabellos si han de volver los que se cortan, porque si han de volver, ¿quién no abominará de aquella deformidad notable que resultará de la unión de todos ellos? Esto mismo parece que necesariamente ha de suceder igualmente de las uñas, volviendo otro tanto cuanto hubiere cortado el cuidado y solicitud que se tuvo con el aseo del cuerpo.

¿Y dónde se hallará la hermosura y gracia que á lo menos ha de ser mayor en aquella inmortalidad que la que pudo haber en esta corrupción? Si no ha de volver, perecerá: ¿cómo, pues, dicen que no perecerá un cabello de vuestra cabeza? Lo mismo dificultan sobre la flaqueza y gordura, porque si; han de ser todos igualessin duda que no serán unos flacos y otros gordos; luego