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San Agustín

haber entre los latinos los reyes que llamaban Silvios, por el hijo de Eneas, que se llamó Silvio. Los demás que procedieron de él, aunque tuvieron sus nombres peculiares, sin embargo, no dejaron este sobrenombre; así como mucho después vinieron á llamarse césares los que sucedieron á Julio César Augusto. Habiendo, pues, reprobado Dios á Saúl, para que no reinase ningún descendiente suyo, muerto él, sucedió en el reino David cuarenta años después que empezó á reinar el impío Saúl. Entonces los atenienses, después de la muerte de Codro, dejaron de tener reyes y comenzaron á tener magistrados para gobernar la república. Después de David, que reinó también cuarenta años, su hijo Salomon fué rey de los israelitas, el cual edificó el suntuoso y famoso templo de Jerusalén, en cuyo tiempo entre los latinos se fundó la ciudad de Alba, de la cual en lo sucesivo comenzaron á llamarse los reyes, no de los latinos, sino de los albanos, aunque era en el mismo Lacio. A Salomón sucedió su hijo Roboán, en cuyo tiempo el pueblo de Dios se dividió en dos parcialidades, y cada una de ellas comenzó á tener sus respectivos reyes.



CAPÍTULO XXI

Cómo entre los reyes del Lacio, el primero Eneas, y el duodécimo Aventino, fueron tenidos por dioses.


En el Lacio, después de Eneas, á quien hicieron dios, hubo once reyes, sin que a ninguno de ellos constituyesen por dios: pero Aventino, que es el duodécimo, habiendo muerto en la guerra y sepultádole en aquel monte que hasta la actualidad se llama Aventino, de su