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San Agustín

Padre, y poseed el reino que os está preparado», sino aquellos que edificaron sobre fundamento de oro, plata y piedras preciosas? Si ha de entenderse en estos términos, se sigue que los unos y los otros, es á saber, los de la mano derecha y los de la siniestra, serán arrojados en aquel fuego, del cual dice la Escritura: «pero de tal conformidad, como si fuese por el fuego», porque los unos y los otros han de ser probados con aquel fuego, de quien dice «que el día del Señor lo declarará porque en el fuego se manifestará, y cuál sea la obra que cada uno hubiere ejecutado, el fuego lo probará y averiguará»; luego si lo uno y lo otro lo ha de probar y averiguar el fuego, cuando la obra de cada uno permaneciere, esto es, no consumiere el fuego lo que hubiere edificado encima, reciba su premio, y cuando la obra de alguno ardiere, padezca daño, sin duda no es el eterno aquel fuego. Porque en el fuego eterno serán echados por la eterna condenación sólo los de la mano siniestra, y aquél prueba á los de la mano derecha. Pero entre éstos á unos prueba de manera que no queme ni consuma el edificio que hallare que ellos han fabricado sobre Cristo, que es el fundamento, y á otros los prueba de otra manera, esto es, de suerte que lo que edificaron encima arda, y por lo mismo padezcan detrimento, aunque se salven, porque tuvieron á Cristo con excelente caridad puesto, firme é inmutable en el fundamento. Y si han de salvarse, se sigue que estarán también á la mano derecha, y que con los demás oirán: «venid, benditos de mi Padre, poseed el reino que os está preparado», y no á la mano izquierda, donde se hallarán los que no se han de salvar, y por eso oirán: «idos de mí, malditos, al fuego eterno»». Porque ninguno de ellos se libertará de aquel fuego, mediante á que todos irán al tormento eterno, donde el gusano de ellos no morirá, y no se apagará el