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San Agustín

punto de librar ó no condenar al demonio y á sus ángeles, porque se mueven con misericordia bumana sólo para los hombres, y hacen principalmente su causa, prometiendo, como por una general misericordia de Dios hacia el linaje humano, á su mala vida un falso perdón. Así se aventajarán á éstos en encarecer la misericordia de Dios los que prometen esta remisión y gracia igualmente al príncipe de los demonios y á sus ministros.



CAPÍTULO XIX

De los que prometen también á los herejes gracia y perdón de todos sus pecados por la participación del cuerpo de Cristo.


Hay otros que prometen esta liberación ó exención de la pena eterna, no generalmente á todos los hombres, sino únicamente a los que hubieren recibido el bautismo de Cristo y participasen de su cuerpo, aunque vivan en medio de cualquiera herejía ó doctrina impía que obetinadamente abrazasen, por lo que dice Cristo (1): «Este es el pan que descendió del cielo, para que si alguno comiere de él, no muera. Yo soy el pan vivo que descendí del cielo; y si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre»; luego es necesario, dicen, que se libren éstos de la muerte eterna, y que lleguen á conseguir alguna vez la vida eterna.

(1) San Juan, cap. VI.