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La ciudad de Dios

39 verdadera porque es misericordiosa, tanto mejor será y más cierta cuanto fuese más misericordiosa. Extiéndase, pues, la fuente de esta piedad hasta los ángeles condenados, que han de ser libres, á lo menos al cabo de tantos y tan dilatados siglos como quisieren. ¿Por qué causa corre esta fuente hasta llegar á toda la naturaleza humana, y en llegando á la angélica se para y se seca? Con todo, no se atreven á pasar más adelante con su misericordia, y llegar hasta poner igualmente en libertad al mismo demonio. Si alguno se atreve, aunque vence en efecto á éstos, sin embargo, se advierte que yerran tanto más disformemente, y tanto más perversamente contra la rectitud de la divina palabra, cuanto á sí propio le parece que su opinión es más clemente y piadosa.



CAPÍTULO XVIII

De los que presumen que en el último y final juicio ningún hombre será condenado por las intercesiones de los santos.


Hay también algunos, como yo mismo he experimentado en varios coloquios y conferencias á que he asistido, que pareciendo que veneran la doctrina contenida en la Sagrada Escritura, viven por otra parte mal, y sosteniendo su causa propia, atribuyen á Dios para con los hombres mucha mayor misericordia que los ya ineinuados; porque dicen que aunque sea positivo lo que tiene dicho Dios en orden á los hombres malos é infieles que son dignos de la pena eterna, y merecen ser castigados, cuando llegaren al tribunal y juicio de Dios vencerá la misericordia, mediante á que los ha de perdonar, dicen, el benigno y piadoso Dios por las oracio1