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San Agustín

Ulises en bestias, y asimismo de los Arcades, que, llevados por suerte, atravesaban á nado un estanque donde se transformaban en lobos, y con otras fleras semejantes pasaban su vida por los desiertos de aquella región; pero si acontecía que no comiesen carne humana, otra vez al cabo de nueve años, volviendo á pasar á nado el mismo estanque, recobraban an primera forma de hombres. Finalmente, refiere asimismo en particular de cierto hombre llamado Demeneto, que habiendo comido del sacrificio que los arcades solían hacer á su dios Lico, inmolándole un niño, se convirtió en lobo, y que pasados diez años, vuelto á su propia figura, se había ejercitado en el arte de la lucha, saliendo vietorioso en los juegos olímpicos. No por otra causa piensa el historiador que en Arcadia llamaron Liceo á Pan y á Júpiter, sino por la transformación de hombres en lobos, la cual entendían que no podía hacerse sino con virtud divina; porque lobo en griego se dice lycos, de donde parece haberse derivado el nombre de Liceo.

También dice que los lupercos romanos nacieron de estos misterios como de semilla.



CAPÍTULO XVIII

Qué es lo que debc oreerse de las transformaciones que, por arte ó ilusión de los demonios, parece á los hombres que realmente se hacen.


Pero acaso los que leyeren esto gustarán saber lo que decimos y sentimos acerca de un embeleco y engaño tan grande de los demonios, y lo que deben hacer los cristianos cuando oyen que los ídolos de los gentiles hacen milagros. Lo que diremos es, que debe huirse