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San Agustín

miento, no les hará mucha fuerza este ejemplo, Démosles, pues, otro, que aun ahora se lo podemos manifestar, y pienso que debe bastarles para que comprendan cuando vieren otra cosa en el progreso de alguna naturaleza, de que tuvieran exacta noticia, que deben tapar la potestad de Dios, como si no fuese poderoso para convertiria y transformarla en otra muy diferente de la que ellos conocían. La tierra de los Sodomitas no fué sin duda en otro tiempo cual es ahora, sino que era como las demás, y tenía la misma fertilidad, y aun mayor, porque en la Sagrada Escritura vemos que la compararon al Paraíso de Dios. Esta, después que descendió sobre ella fuego del cielo, como lo confirma también la historia de los infleles, y lo ven ahora los que viajan á aquellos países, pone horror con su prodigioso hollín, y la fruta que produce encubre la ceniza que contiene en su interior, con una corteza que aparenta estar madura. Ved aquí que no era tal cual es ahora.

Advertid que el Autor de las naturalezas convirtió con admirable mutación au naturaleza en esta variedad y representación tan abominable y fea. Y lo que sucedió hace tanto tiempo, persevera al cabo de tanto tiempo.

Como no fué imposible á Dios criar las naturalezas que quiso, no le es imposible mudarias en lo que quisiere. De donde nace también la multitud de aquellos milagros que llaman monstruos, ostentos, portentos y prodigios, que si hubiera de referirlos nunca acabaríamos de llegar al fin de esta obra. Dícese que los llamaron monstruos de monstrant, porque con su significación nos muestran alguna cosa; y ostentos de ostendendo; portentos de portendendo, esto es, præostendendo; y prodigios porque pronostican, esto es, que nos dicen las cosas futuras. Los que por ellos conjeturan y adivinan, ya se engañen, ya por instinto de los demonios (que tienen cuidado de intrincar con las redes de la mala.