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San Agustín

astros, remueve las sombras nocturnas de los finados, verás bramar debajo de los pies la tierra y bajar de los montes los fresnos». ¿Cuánto más podrá hacer Dios (aunque parece increíble á los obstinados incrédulos) siendo tan fácil á su omnipotencia y ésta tan suprema, supuesto que Él es quien hizo y crió la virtud que reside en las piedras y en los otros entes y los ingenios perspicaces de los hombres, que con admirable método se aprovechan de ellos? Él mismo es el que crió las naturalezas angélicas, que son más poderosas que todas las substancias animadas de la tierra, excediendo todo cuanto hay admirable á los ojos humanos con virtud maravillosa y suprema, obrándolo, mandándolo y permitiéndolo todo con admirable sabiduría, sirviéndose y usando de todo, no menos maravillosamente cuanto es admirable el orden con que lo crió.



CAPÍTULO VII

Que la razón suprema para creer en las cosas sobrenaturales es la omnipotencia del Criador.


¿Por qué no podrá hacer Dios que resuciten los cuerpos de los muertos, y que padezcan con fuego eterno los cuerpos de los condenados, siendo así que es el que hizo el mundo tan lleno de tantas maravillas y prodigios en el cielo, en la tierra, en el aire y en las aguas, siendo la fábrica y estructura prodigiosa del mismo mundo el mayor y más excelente milagro de cuantos.milagros en él se contienen, y de que está tan lleno?

Pero éstos con quién ó contra quiénes disputamos, que creen que hay Dios, el cual hizo y críó este mundo, y