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San Agustín

la misma la haga el agua chasquear como chasquea al presente en el fuego, ó que ha de haber una fuente cuyas aguas en la frialdad de la noche ardan de manera que no se puedan tocar, y que en los calores del día estén tan frías que no se puedan beber, ó que ha de haber piedra que con su calor abrase la mano del que la apretare, ó que estando encendida por todas partes, de ningún modo pueda matarse, y lo demás que, dejando otras infinitas cosas, me pareció referir? Así que si les dijésemos que había de haber estas cosas en aquel siglo que había de venir y nos respondiesen los incrédulos: sí quereis que las creamos dadnos la razón de cada una de ellas, nosotros les confesaríamos sinceramento que no podíamos, porque á éstas y otras tales obras admirables del Altísimo quedaría rendida la razón y el débil discurso del hombre; pero, sin embargo, es razón muy sentada y constante entre nosotros que no sin poderosos motivos hace el Omnipotente cosas de que el flaco espiritu del hombre no puede dar razón, y que aunque en muchas cosas no es incierto lo que quiere, con todo, es ciertísimo que nada le es. imposible de todo cuanto quiere, y que nosotros le creemos cuando nos dice lo que ha de ser, pues no podemos creer que es menos poderoso ó que miente. Pero estos censores que nos calumnian y motejan nuestra fe y .nos piden razón, ¿qué nos responden á estas cosas de que no puede dar la causal el hombre, y, sin embargo, son así y parecen opuestas á la misma razón natural? Las cuales, si las dijéramos á estos infieles é incrédulos que habían de suceder, nos pidieran la razón de ellas, como nos la piden de las que les decimos que han de acontecer. Por consiguiente, ya que en estas y otras semejantes obras de Dios falta la razón, y no por eso dejan de ser, tampoco dejarán de ser aquéllas, porque de las unas ni de las otras no pueda el hombre dar la razón.