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San Agustín

dolor corporalmente, cuando conflesan á voces que padecen horribles tormentos? (1) Y si respondieren que no hay cuerpo alguno terreno, es á saber, sólido y visible, y, por decirlo mejor, en una palabra, que no hay carne alguna que pueda sentir dolor y que no pueda morir, ¿qué otra cosa dicen sino lo que los hombres han penetrado con el sentido del cuerpo y con la experiencia?

Porque, efectivamente, no conocen carne que no sea mortal. Este es todo el argumento de los que imaginan que de ningún modo puede ser lo que no han visto por ex., periencia. ¿Pero qué razón hay para hacer al dolor ar gumento de la muerte, siendo antes indicio y prueba real de la vida? Porque aunque preguntamos y dudamos si puede vivir siempre, sin embargo, es cierto é innegable que vive todo lo que siente dolor, y que cualquiera dolor que sea no se puede hallar sino en objeto que viva. Así que, es indispensable que viva lo que siente dolor, y no es preciso que mate el dolor, mediante á que aun á estos cuerpos mortales, y, que en efecto, han de morir, no los mata ó consume todo dolor. La causa eficiente de que algún dolor pueda matar, consiste en que de tal manera está el alma trabada con el cuerpo, que cede á los dolores vivos y se ausenta de él, porque la misma trabazón de los miembros y poten cias vitales es tan débil, que no puede sufrir y durar contra aquella violencia que causa un extraordinario ó sumo dolor. Y entonces el alma se unirá con un cuerpo de tal calidad y en tal modo, que aquella trabazón, así tampoco la corromperá dolor alguno. Por tanto, aunque al presente no hay carne alguna de tal configuración que pueda sufrir dolor y no pueda sufrir la muerte, sin embargo, entonces será la carne tal, cual no es ahora; así como también será tal la muerte cual no es ahora; (1) San Mateo, cap. X.