practicado obras buenas resucitarán para la resurrección de la vida, y los que las hubieren hechos malas á la resurrección del juicio y condenación». Sin embargo, en varias ocasiones se pone tombién la última, como en aquella expresión (1): «Enviará el Hijo del Hombre sus ángeles, recogerán y juntarán de su reino todos los escándalos, y los arrojarán en el fuego ardiendo, adonde habrá llantos y crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su padre».
Y lo que dice el Profeta (2): «Así irán los malos á las penas eternas, y los buenos a la vida eterna»». Y finalmente en las profecias (cuyas autoridades sería asunto largo insinuarlas todas), si alguno lo advirtiere, hallará que se guarda algunas veces este orden y otras el otro; pero ya tengo apuntada la causa por qué he hecho elección del citado orden.
CAPÍTULO II
A qué efecto he de demostrar sino para convencer á los incrédulos de que es posible que los cuerpos humanos, estando animados y vivientes, no sólo nunca se deshagan y disuelvan con la muerte, sino que duren también en los tormentos del fuego eterno? Porque no les agrada que atribuyamos este prodigio á la omnipotencia del Todopoderoso, antes sí, ruegan que lo demostremos por medio de algún ejemplo. Si responde(1) San Mateo, cap. XIII.
(2) Malachías, cap. XXV.