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San Agustín

padre de muchas gentes»: á quien, sin embargo, en otro lugar dice (1): «en tu semilla y descendencia serán benditas todas las naciones». De esta resurrección poco después le dicen á este mismo profeta Daniel también (2): «pero tú ven y descansa; porque antes que se cumplan los días de la consumación, tú descansarás y resucitarás en tu suerte al fin de los días»».



CAPÍTULO XXIV

Lo que está profetizado en los Salmos de David sobre el fin del mundo, y el último y final juicio de Dios.


Muchas particularidades se hallan en los Salmos rela.tivas al juicio final; pero las más de ellas se dicen de paso y sumariamente: con todo, lo que allí se dice con completa evidencia acerca del fin de este siglo, no me pareció oportuno remitirlo al silencío (3): «Al principio, Señor, tú estableciate la tierra, y los cielos son obras de tus manos: ellos perecerán; pero tu permanecerás, y todos se envejecerán como la vestidura, y como una cubierta los mudarás y se mudarán; mas tú siempre serás el mismo, y tus años jamás faltarán». Pregunto yo ahora: ¿cuál es la causa por que alabando Porfirio la religión de los hebreos, con que ellos reverencian y adoran al sumo y verdadero Dios, terrible y formidable á los mismos dioses, arguye á los cristianos de grandes necios, aun por testimonio de los oráculos de sus dio(1) Géneris, cap. XXII, v. 18.

(2) Daniel, cap. XII, v. 13.

(9) Salmo 101, v. 26.