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San Agustín

nio para acabarle y destruirle del todo para siempre. Y el reino y potestad y la grandeza de los reyes que hay debajo de todo el cielo se entregará á los Santos del Altísimo. Cuyo reino es reino eterno, y todos los reyes le servirán y obedecerán. Hasta aquí es lo que me dijoy á mí Daniel me turbaron mucho mis pensamientos, se me demudó el color del rostro y guardé en mi corazón estas palabras que me dijo.» Aquellos cuatro reinos declaran algunos y tienen por los de los Asirios, Persas, Macedonios y Romanos. Quien quisiere saber con cuánta conveniencia y propiedad se dijo esto, lea los Comentarios que escribió sobre Daniel, con particular escrupulosidad y erudición, el presbítero Jerónimo; pero que ha de venir á ser cruelísimo el Reino del Antecristo contra la Iglesia, aunque por poco tiempo, hasta que por el último y final juicio de Dios reciban los Santos el Reino eterno, el que leyere esta doctrina, aunque no sea con mucha atención, no podrá dudarlo.

El tiempo y tiempos y la mitad del tiempo se advierte aun por el número de los días que después se ponen, y alguna vez en la Sagrada Escritura se declara también por el número de los meses, qué es un año, dos años y medio año, y, por consiguiente, tres años y medio: pues aunque en latín parece que se ponen los tiempos indefinidamente y sin limitación, con todo, aquí están puestos en el número dual, del cual carecen los latinos; y como le tienen los griegos, así también dicen que lo tienen los hebreos. Dice, pues, tiempos, como si dijera dos tiempos; sin embargo, confieso que recelo nos engañemos acaso en los diez reyes que parece ha de hallar el Antecristo, como si hubiesen de ser diez hom: bres, y que así venga de repente y sin pensarlo al tiempo que no haya tantos reinos en el dominio romano; porque ¿quién sabe si por el número denario quiso significarnos generalmente todos los reyes, después de