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San Agustín

luces nuevas y eternas. Lo que pertenece al fuego inextinguible y al gusano vivacisimo que ha de haber en los tormentos de los malos, en diferentes maneras lo han declarado y entendido varios autores; porque algunos atribuyen lo uno y lo otro al cuerpo, otros lo uno y lo otro al alma, otros sólo propiamente el fuego al cuerpo, y el gusano metafóricamente al alma, lo cual parece más creíble. No es tiempo ahora de disputar sobre esta diferencia, por cuanto en este libro nos he mos propuesto la idea de tratar sólo del juicio final, con el que se efectuará la división y distinción de los buenos y de los malos; y en lo concerniente á los premios y penas, en otra parte lo trataremos extensamente.



CAPÍTULO XXIII

Qué es lo que profetizó Daniel de la persecución del Antecristo, del juicio de Dios y del Reino de los Cielos.


De este juicio final habla Daniel de tal suerte, que dice que vendrá también primero el Antecristo, y llega con su narración al reino eterno de los Santos. Porque habiendo visto en visión profética cuatro bestias, que significaban cuatro reinos, y al cuarto vencido por un rey, que se conoce ser el Antecristo, y después de éstos, habiendo visto al Reino eterno del Hijo del hombre, que se entiende Cristo, dice (1): «Grande fué el horror y admiración de mi espíritu: yo, Daniel, quedé absorto con esto, y sola la imaginación y visión interior me aterró. Y llegué á uno de los que estaban allí, le pre(1) Daniel, cap. XII.